Este sabado 08 de octubre a las 11 hrs se realizo en el sector Quebrada Honda de la comuna de Penco, el tradicional homaneje a los compañros ejecutados en aquel lugar en octubre de 1973; Héctor Lepe Moraga, Tránsito Cabrera Ortiz y Miguel Catalan y quien fuera asesinado en la base Naval de talcahuano Ricardo Barra Martínez.
Este año la actividad organizada por la Mutual Baustista van Schouwen Vasey, conto la participación de las diversas organizaciones pertenecientes a la Coordinadora DDHH de la Provincia de Concepción.
Hasta el lugar llegaron familiares, amigos y compañeros de los homenajeados.
Se acompaña el discurso central del acto:
La Corporación Mutual Bautista Van Schouwen realiza cada año esta actividad conmemorativa para mantener vivo el ejemplo de lucha y de compromiso de los compañeros que aquí fueron asesinados por la dictadura.
Para recordar su significación humana, de trabajadores, de estudiantes, de pobladores, de luchadores, que participaban activamente en el acontecer social y político de aquellos tiempos.
Para reclamar por la necesidad de que se estableciera la verdad y se hiciera justicia sobre los crímenes de que fueron víctimas. La verdad la conocemos; y la justicia se expresa tardía, lerda y mezquina.
Por el crimen de Ricardo Barra Martínez recién en marzo de 2018 fue dictada sentencia de primera instancia por el ministro Carlos Aldana en donde se condena a Julio Humberto Salvador Alarcón Saavedra (Cap. de Fragata®) a la pena de 5 años y 1 día de presidio; a Patricio Enrique Salamanca Marín (Sold.1°Armada®) a la pena de 3 años y 1 día de presidio menor con el beneficio de libertad vigilada; a Aníbal Octavio Aravena Miranda (Cap. de Navío®) y Omar Antonio Dapick Bitterlich (Cap. de Fragata®) a la de pena de 541 días de presidio menor, con el beneficio de la remisión condicional de la pena, es decir, una total impunidad. Todavía están pendientes las tramitaciones en las cortes superiores por lo que ninguno de los responsables se encuentra en prisión por este crimen.
Por los tres asesinatos cometidos aquí en Quebrada Honda, en septiembre de 2013, el ministro Carlos Aldana condenó a Bernardo del Rosario Daza Navarro (Subof.Armada®) y Juan Heraldo Maldonado Sanhueza (Subof.Armada®) a 10 años y 1 día de presidio; a Patricio Enrique Salamanca Marín (Sold.1°Armada®) a 5 años de presidio, con el beneficio de la libertad vigilada. La condena fue ratificada por la Corte de Apelaciones de Concepción en agosto de 2014 y por la Corte Suprema en diciembre de 2014. De lo que se desprende que la mayoría de estos criminales ya gozan de libertad.
Por el asesinato de Mario Ávila Maldonado en octubre de 2018 el ministro Aldana sólo condenó a Héctor José Aburto Muñoz (Subof.Carab®) a 5 años de presidio y absolvió a otro único procesado. Aún están pendientes las resoluciones de las cortes superiores por lo que este criminal goza de plena libertad.
Con este escenario de verdades establecidas a cuentagotas y de una justicia pacata y mezquina, comenzamos a recorrer el difícil camino de conmemorar los 50 años de ocurrencia del golpe militar que cercenó la construcción de un futuro mejor en que se empeñaba el pueblo chileno durante el gobierno del presidente Salvador Allende.
Los crímenes cometidos en Quebrada Honda son sólo una muestra más de la represión brutal y generalizada que se desató sobre nuestro pueblo por parte de las tropas uniformadas. La criminalidad del régimen militar tenía como objetivo derrotar y someter al pueblo chileno para generar así las condiciones de instalación de un nuevo modelo económico, social y político, que se ha convertido en una lacra que debemos cargar hasta nuestros días.
La represión apuntaba a mantener al pueblo bajo constante sensación de temor, de miedo, de terror, y el medio para lograr eso fue la detención arbitraria, el secuestro, la tortura, la desaparición de las personas detenidas, el asesinato, el crimen. Esa dinámica se prolongó durante toda la existencia de la dictadura.
Esa fue una política de estado, impulsada por las autoridades, sostenida por las instituciones, financiada por el estado, amparada por los organismos jurídicos, encubierta por los medios de prensa. En esa época nació la corrupción y el abuso como formas de relación con la sociedad. Los gobiernos post dictadura no han tenido la decencia de corregir o intentar enmendar esas inequidades.
Por todo ello es que la conmemoración de los 50 años del golpe no puede ser una secuencia de actividades dominadas por el temor y por el dolor, sino que debemos propender a levantar con más fuerza, y con la mayor organización posible, las exigencias de verdad, de justicia, de reconocimiento, sobre los hechos criminales y cobardes que asolaron nuestro país. A partir de allí, construir una cultura de respeto a los derechos humanos y una efectiva política de “nunca más”, con mayor razón dado que las prácticas represivas y criminales se convirtieron en una conducta habitual de
las fuerzas uniformadas, militares y policiales, como lo podemos constatar en diversos episodios de los últimos 30 años, en especial durante y desde el estallido social en adelante.
Nuestra Mutual seguirá empeñada en el rescate de la memoria histórica, en la valoración de los luchadores del pueblo caídos y en la defensa y promoción de los derechos humanos. La construcción y conservación de hitos y memoriales como este, forma parte de ese esfuerzo y motivación.
Con todas las fuerzas de la historia
Memoria, Resistencia y Lucha
Muchas gracias.